Quiero que derrames tus gemidos en mi oído
que no reprimas tus gritos
y que la noche entera del mundo
despierte al escuchar tu orgasmo.
Quiero beber la sal de tu sudor,
suero reconstituyente en mi vida,
caer en tus ojos marrones y acariciar
tu cabello Clarooscuro, morirme en tí
para renacer en tu compañía.
Desata lo que llevas en el alma
y permite que mis manos de mujer
te recorran sin verguenza alguna,
déjame agitar mis caderas sobre tí
y llegar a donde nadie ha llegado
en la inmensidad de tu piel de leche
porque sólo así podré beber como agua
ese elixir que derramas con tu orgasmo.
TE AMO
domingo, 2 de marzo de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario